miércoles, 1 de junio de 2011

Te quiero porque te anhelo



Tarde te amé
¡Tarde te amé,
hermosura tan antigua y tan nueva,
tarde te amé!
Y ves que tú estabas dentro de mí y yo fuera,
Y por fuera te buscaba;
Y deforme como era,
Me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste.
Tú estabas conmigo mas yo no lo estaba contigo.
Me retenían lejos de ti aquellas cosas
Que, si no estuviesen en ti, no serían.
Llamaste y clamaste, y rompiste mi sordera:
Brillaste y resplandeciste, y fugaste mi ceguera;
Exhalaste tu perfume y respiré,
Y suspiro por ti;
Gusté de ti, y siento hambre y sed;
Me tocaste y me abrasé en tu paz.
(poema de San Agustín a su gran amor)


Sí... sin duda, yo te quiero. Aunque, debe quedar claro, no se trata de aquella expresión que sugiere un afecto alejado de la contundencia del amor profundo, mas, tampoco puedo decir que te amo.

“Uno no puede amar lo que no conoce”, pude alcanzar a oír alguna vez y esa idea quedó resonando. No es simple retórica, me parece.

Para ser franca, conmigo y contigo, no podría precipitar en palabras lo que todavía no es, porque en tu caso la magia está precisamente en eso, en la inminencia de lo que debe llegar a ser. Va creciendo, va cobrando forma e impulso, sigue un proceso, como vos…

Mi “te quiero”, Victoria, viene del verbo anhelar. Porque todavía sos ansia,  vislumbre de un secreto que se me está punto de revelar, afán que acaricio estirando esforzadamente los brazos, y que estoy a un paso de abrazar.

Las flores de nuestra casa se destapan ante la inminencia de tu presencia

2 comentarios:

  1. Lindo!! TENIA QUE VENIR VICTORIA Para que le tomaras el hilo a un blog... me alegra

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  2. Me encantaron tus líneas. Anhelar...Querer...primero, o después, pero que lindos sentires!

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