lunes, 3 de enero de 2011

Dos rayas imponentes y un sms


 Foto: Sonia Delgado. 1 de enero de 2011 en el Lago de Ypakarai

La noche del viernes 29 de octubre fui a la Manzana de la Rivera al lanzamiento del libro de poemas de un amigo. Excepcionalmente, fue un día que me tocó estar sin mi niño.

Hacía días que mi "amigo mensual" no se apersonaba, por lo cual decidí salir de dudas. Ya de ida al Centro Cultural, dentro de mi añeja cartera de hilo de caraguatá, iba cargando con el arsenal para descargar el exceso de líquido, vía urinaria mediante, en algún momento que pudiera.

Asistí a la presentación, escuché declamar un par de poemas “grises” y luego salimos todos los asistentes al pasillo a beber unas copas de vino por invitación del autor. Sorbiendo el 5to. trago estaba cuando recordé mi materia pendiente y, más con la motivación de regresar de inmediato a seguir bebiendo sin culpas, fui hasta el baño a finiquitar lo que consideraba un mero trámite de descarte. Ni tiempo me dio en conjeturar el resultado en la espera de los supuestos 5 minutos pues apenas cayeron un par de gotas de pis sobre el aparatito, se marcaron imponentes las dos rayas rojas. Borracha de la mezcla, alcohol y notición, salgo casi a los tumbos del baño, pretendiendo torpemente disimular que nada trascendetal me estaba transformando por dentro y, en proceso del cambio que todavía no se veía, por fuera.

Esa noche dormí sola con la prueba marcada en mi cama, al lado de mi almohada, encendiendo a cada rato la linterna de mi fiel Nokia 1100 para iluminar una y otra vez el resultado, constatar si era verdad aquello que vi.

Ya más tarde, entrada la madrugada del 30 de octubre, recibo en el celular un mensaje. Y aún con esa sensación de novedad, de que algo grande me estaba ocurriendo, y que mermó recién en días, leí el sms que decía: el camarada Ananías Maidana falleció a las 3.45 rodeado de sus familiares y amigos...


Recuerdo que con una mezcla de emociones, comencé a redireccionar a mis contactos el mensaje en plena madrugada y me sentí tocada mientras experimentaba la noticia de alguien importante que se iba y de aquella otra presencia que se me anunciaba.




3 comentarios:

  1. No conocía esos detalles, Maga.

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  2. me dio todo piel de gallina!!!

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  3. Este relato me dio risa la primera vez que lo escuché...de sólo imaginarte sorprendida por semejante notición con copa de vino en mano! :)
    Hoy me emociona leerte, porque es una historia que refleja la constante de la vida misma...el principio y el fin.

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