sábado, 29 de enero de 2011

Un/a bebé sano/a


Cuando manifesté la ansiedad de saber el sexo de mi bebé, una amiga, que sin ser demasiado íntima aprecio y siento cercana, me dijo, casi tajante, que no me preocupara por eso, que sólo pregunte, con cada ecografía, si está bien y sano/a. Que si es por el color de las ropas, que simplemente compre de todos los colores.

Ella no supo el sexo de su bebé hasta que nació y se enteró de que era una niña de 3kilos y 760 gramos. Antes de eso guardó en su corazón 2 nombres, por si acaso, uno de niño y otro de niña.
 “Es que ya quisiera llamarle de alguna manera”, me justifiqué. Llamale “bebé”, me dijo. Y, simplemente, reforcé la convicción de que quiero un/a bebé sano/a entre mis brazos.

2 comentarios:

  1. El deseo de la madre de saber el sexo del bebé es el mismo desde siempre; es deseo, no ansiedad. Antes más o menos se adivinaba por el tamaño de la panza o porque la embarazada tenía muchas manchas en la cara. Hoy dia, con la ecografía ya lo puedes saberlo al poco tiempo de gestación, y cada día se presentan novedades que te lo muestran con mayor nitidez al nuevo ser. Y si ya puedes saber tempranamente su sexo, porqué negarte a asumirle con su identidad de mujer o varón? Me parece un trato tan impersonal andar siempre con el neutro "bebé". En fin, creo que cada madre sabe lo que quiere, y hay que darle sus gustos:)

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  2. Ahora ya sabemos que será una nena, y va a llegar sana a tus brazos, Maga. Así va a ser :)

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